Uchuraccay es un lugar emblemático en la historia de la guerra interna que vivió el Perú en la década de los ochenta. El asesinato de ocho periodistas que buscaban encontrar una explicación sobre la matanza de un grupo de senderistas cometida por los comuneros de Huaychao, en las alturas de Huanta, ha sido -desde el momento mismo en que se cometió el crimen- uno de los temas más debatidos y para muchos irresueltos del conflicto armado interno. Sin embargo, desde un primer momento la comunidad reconoció la autoría de la matanza y pago un costo altísimo por ello: la muerte de la mayoría de sus miembros a manos de Sendero Luminoso y de las Fuerzas Armadas y su desplazamiento durante más de una década. 

En esta edición del Arriero, el historiador ayacuchano Ponciano del Pino, autor de En nombre del gobierno. El Perú y Uchuraccay : un siglo de política campesina (La Siniestra Ensayos/Universidad Nacional de Juliaca, 2017) nos explica por qué fue tan difícil para la sociedad peruana entender la matanza de los periodistas en Uchuraccay en el marco del conflicto armado en las alturas de Huanta. Para Del Pino, el problema principal fue la incapacidad de la derecha y de la izquierda (y de las ciencias sociales) de reconocer que los campesinos actuaron por cuenta propia, tal como lo venían haciendo desde mucho tiempo atrás, como cuando expulsaron a los hacendados en la zona al inicio del primer gobierno de Fernando Belaúnde en 1963, y como lo hicieron el 1 de enero de 1983 cuando en una asamblea decidieron luchar contra Sendero Luminoso .

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