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foto : ANDINA

¿Democracia sin Congreso?

Publicado: 2020-01-21

Siguiendo una vieja costumbre nacional, un amplio sector de la ciudadanía recién esta semana comienza a preguntarse ¿por quién votar? Y, a diferencia de otras ocasiones, ve pocos carteles y afiches en las calles, no escucha ni ve propagandas en radio y TV. Si tiene algo de suerte, se cruza con algún entusiasta candidato o candidata que recorre calles y mercados con alguna mini portatil. Más allá de eso, quedan las redes sociales, donde se entera de la existencia de algún candidato, así como se entera de cientos de anuncios y mensajes que inundan la red. 

Tarea difícil la que le ha tocado a los candidatos y candidatas de esta singulares elecciones parlamentarias: invertir tiempo y esfuerzo en promoverse para postular a una de las instituciones más desprestigiadas del país. Una institución que, según el 42% de limeños,  no es necesaria para el funcionamiento de la democracia. Así lo muestra una encuesta reciente del Instituto de Opinión Pública de la PUCP . Una cifra que probablemente sea parecida en el resto del país, donde los parlamentarios solo aparecen -si es que aparecen- una  vez al mes en la Semana de Representación.

Uno se pregunta si la campaña hubiese sido distinta, si es que se hubiera aplicado la parcial reforma política aprobada por el disuelto Congreso. Pareciera que no, ya que el problema no pareciera estar solo en la oferta electoral (los partidos y sus mecanismos de conformación de listas), sino también en la demanda, esto es en una ciudadanía que a pesar de estar disconforme con el estado de cosas, y de tener un certero diagnóstico sobre los grandes problemas nacionales, pareciera haberse convencido de que no es el Congreso el llamado a resolverlo.

¿Autoritarismo presidencialista? ¿Neoliberalismo extremo que cree que el mercado todo lo resuelve? Pareciera que una buena parte de peruanos y peruanas ya se cansaron de esperar que el Congreso se renueve, pareciera que podemos imaginar una democracia sin Congreso, y un Poder Ejecutivo que gestione al mínimo el Estado, algo como lo que vemos hacer al gobierno de Martín Vizcarra que sin hacer una buena gestión, ni resolver ningún problema en concreto, mantiene una popularidad de más del 50%. Quizás ello explique porque tanta gente declara que votará en blanco o viciado, y que probablemente no asistiría a votar si es que el voto no fuera obligatorio.

Repensar la reforma política, mirando más el funcionamiento real de nuestras instituciones y cómo las vivimos los peruanos y peruanas, quizás sea más productivo que seguir imaginando reformas desde el laboratorio de la ciencia política o el derecho electoral. Más allá del resultado del domingo y de los llamados de última hora a que la gente vote de todas maneras por algún partido, lo que nos ha dejado claro este proceso es que la brecha entre la política y la sociedad no ha disminuido sino que va en aumento.


Escrito por

El Arriero

Javier Torres Seoane: Antropólogo de profesión y comunicador de oficio.


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Un blog de Javier Torres Seoane