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FOTO: DIARIO UNO

Calles peligrosas

Publicado: 2020-01-13

El asesinato a sangre fría de Isaac Huamanyalli en el local del McDonald's del Centro Comercial Risso no ha hecho más que poner en evidencia algo que los vecinos del distrito de Lince sabemos hace buen tiempo: su transformación en un centro de “entretenimiento nocturno” lo ha convertido en un espacio peligroso.  

Desde hace varios años, la noche linceña es tierra de nadie, una suerte de juerga interminable -con volúmenes muy por encima de los límites permitidos- en la que casinos, discotecas, karaokes, hostales e incluso restaurantes son parte de una cadena de negocio, en el que la oferta y la demanda sexual son el pan nuestro de cada noche, gracias a la generosidad de sucesivas gestiones municipales que dieron licencias a diestra y siniestra a “empresarios” como Huamanyalli para los que cualquier lugar -incluso la zona de juegos de un restaurant de fast food- es bueno para hacer negocios.

El comercio sexual tiene larga data en el barrio, pero se ha potenciado durante los últimos años por “empresarios” que han visto en la migración venezolana una suerte de “gallina de los huevos de oro”. Desde las siete de la noche, cualquiera puede contemplar las calles alrededor del centro comercial convertidas en una pasarela donde mujeres jóvenes -incluso menores de edad- ofrecen sus servicios, bajo la mirada y protección de “cafichos” que siguen con atención los movimientos conjuntos de la policía y el serenazgo. Los operativos se iniciaron el año pasado por iniciativa del alcalde Vicente Amable, y, junto con el establecimiento de horarios de funcionamiento de discotecas y restaurantes, son el primer intento por poner algo de orden en la movida noche linceña.

El problema con los operativos es que apuntan al eslabón más débil de la cadena, que debido al enorme flujo migratorio es fácilmente reemplazable. Mientras la policía y el serenazgo sigan jugando al gato y al ratón con las trabajadoras sexuales, la cosa seguirá tal cual. Pero como golpear a las mafias locales que controlan el “entretenimiento” en Lince y otros distritos de Lima no da réditos políticos, es probable que el efectista ministro del Interior del gobierno de Vizcarra -siempre pensando en las encuestas- siga alentando la xenofobia, deteniendo y expulsando a migrantes venezolanos, y que los negocios de la noche y la inseguridad sigan viento en popa.


Escrito por

El Arriero

Javier Torres Seoane: Antropólogo de profesión y comunicador de oficio.


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Un blog de Javier Torres Seoane