Vizcarra: el primer paso
Las opiniones sobre la gestión del presidente Vizcarra van desde un desmedido optimismo, de quienes sienten un natural alivio al ver a PPK fuera de Palacio de Gobierno y con un pie en la cárcel hasta quienes consideran que Vizcarra no podrá hacer nada, sea porque Fuerza Popular no lo dejará, sea porque opte por no hacerlo para tratar de llegar al 2021, en lo que sería una prueba de resistencia.
Soy de los que piensan que Vizcarra tiene un pequeño (incluso diría mínimo) margen de juego debido a que a pesar de la victoria que ha significado para Keiko Fujimori tumbarse a PPK, el costo ha sido alto, y los daños de la ruptura con su hermano no serán tan rápidamente resueltos. Pero a la vez porque, aunque todavía no han allanado su casa, el cerco de la fiscalía a sus principales lugartenientes Yoshiyama y Ramírez han significado un duro golpe a la maquinaria keikista. Y en los próximos meses además de seguir intentando con malas artes frenar al Ministerio Público (hasta ahora todos sus intentos han fracasado) tendrá que buscar la manera de no perder la mesa directiva del Congreso y de resolver el dilema de participar con éxito en las elecciones regionales.
En ese sentido, el margen de juego de Vizcarra no es por los respaldos políticos que tenga -hasta la fecha no tiene ninguno e incluso su principal crítico es Juan Sheput- sino por la debilidad de los demás actores políticos, unos viendo cómo se libran de la justicia por el caso Lava Jato, otros más preocupados por las elecciones regionales y municipales y algunos más a la izquierda soñando con una movilización de masas –que solo existe en su imaginación- que termine de una vez con el régimen político actual y nos lleve a un proceso constituyente.
¿Es nuevo este escenario? Para nada. La única diferencia es que PPK ya no está más, y con su gabinete de gerentes de empresas privadas, que nunca terminaron de entender cómo hacer funcionar al Estado desde dentro. Si Vizcarra quiere aprovechar el escaso margen que tiene para hacer un gobierno regular, lo primero que tiene que hacer es no repetir los errores de PPK y mucho menos hacer caso a quienes desean que se entregue en brazos de Keiko Fujimori. Para ello el primer paso es conformar un gabinete con gente que conozca bien cómo funciona el Estado por dentro y que tenga larga experiencia pública es clave, y que a diferencia de PPK y sus amigos piense en el país y no en sus negocios.
Ah. Debe acercarse a la gente, como lo ha hecho visitando el Hospital del Niño y el Colegio Melitón Carvajal, y mantenerse bien lejos de la Plaza Bolívar.