El presidente de la república ha iniciado una ronda de diálogo con las diferentes fuerzas políticas con representación en el Congreso. Y si bien este es un elemento clave de la actividad política, es bueno que ella tenga ciertas condiciones mínimas para que pueda ser exitoso. Sobre todo cuando se trata de diálogos entre varios actores. Aquí algunas de estas premisas:

1) Trato igual a todas las partes: Más allá del peso electoral que tengan, si es un diálogo multiactor, el trato debe darse en las mismas condiciones para todos. Reunirse en la casa del Cardenal con una de las partes (y con el anfitrión presente) y en la casa del Presidente con el resto marca una diferencia de trato innecesaria.

2) Agenda clara: Salvo que se trate de reuniones preparatorias para un diálogo posterior -cosa que normalmente se hace entre emisarios de las partes- todo proceso o ronda de diálogo debe tener una agenda previamente definida. Siendo en este caso el convocante el gobierno, éste debería haber planteado una agenda con temas muy concretos a tratar.

3) Interlocutores definidos: Cuando se lanza una iniciativa de diálogo con actores políticos, se debe dejar claro que los interlocutores tendrán el mismo nivel o grado de representatividad. En este caso pareciera que no es claro cuál es dicho grado: PPK se ha reunido con la presidenta de un partido (Keiko), con los miembros de una bancada (AP), y además, ha anunciado que ante la ausencia del presidente del APRA, se reunirá con un miembro de la dirección nacional (Quesada) y dos voceros (Mulder y Velazquez Quesquen). En otras palabras, interlocutores con distinto peso político, no solo a nivel nacional sino al mismo interior de sus partidos. 

Hay más elementos que aseguran un díalogo exitoso. Pero si ni siquiera se presentan condiciones mínimas, es evidente que el diálogo no tiene ningún objetivo más allá de la realización de una buena (o mala) foto que le asegure al presidente Kuczynski una navidad tranquila, y que en una semana pasará al olvido.