"Barbarie" es un nuevo intento por aproximarse desde el arte a los años del terror y del horror. A la guerra interna de los años ochenta que no solo pulverizó cualquier discurso sobre la Nación peruana, sino que además nos convirtió en un cúmulo de fragmentos dispersos comos los restos de la explosión de un coche bomba. Algunos son visibles, pero otros, aún siguen ocultos en cientos de sitios de entierro o en nuestro propio interior, donde cada cierto tiempo los debates sobre la memoria de aquellos años, muestran que las heridas, a pesar del paso del tiempo, permanecen abiertas sin poder cicatrizar.

Los trabajos de Ronny Camero, Hélard Jiménez, Aaron Romero y Paola Franco, son parte de aquella multitud de fragmentos y retazos de lo que ya no puede ser (re)construido. De aquello que anula cualquier certeza, y donde lo único que queda, incluso por encima de la verdad, es la memoria individual, que no es otra cosa que la elaboración de cada quien, en este caso de un grupo de artistas que habiendo nacido en aquellos años, y sin haber vívido físicamente aquella brutal violencia de los ochenta, la sienten, la expresas y la transmiten en sus obras.

Contemplar los trabajos de "Barbarie" nos exige volver a hacernos la pregunta que tantas veces se hizo el recordado antropólogo Carlos Iván Degregori, sobre la barbarie senderista y la brutal respuesta estatal "¿Por qué en el Perú?, ¿por qué así?, ¿por qué?" Y aunque no encontremos la respuesta al contemplar las imágenes de esta muestra, es probable que si nos ayuden a convencernos que antes que nada tenemos que mirar nuestro interior y desde ahí, comenzar a reconocer cada uno de nuestros fragmentos, tan nuestros pero tan parecidos a la vez a los de todos los peruanos.

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"Barbarie" se exhibe en el Centro Colich (jirón Colina 110, Barranco) hasta el sábado 26 de noviembre