Llama poderosamente la atención la aparente sorpresa e indignación de diversos medios y líderes de opinión sobre el escándalo generado por los audios que revelan los negocios particulares a los que estaba dedicado el consejero presidencial en temas de salud: Carlos Moreno, cuyo principal mérito para ocupar el cargo fue atender a Pedro Pablo Kuzcynski como paciente en el Hospital Loayza, lo que habría dado inicio a una relación de amistad y confianza. 

Sin embargo no era la primera vez que Moreno dejaba el campo privado para entrar al sector público, ya que había sido asesor de dos ministros de Salud: Víctor Paredes y Alberto Tejada. E incluso el mismo Moreno, el 14 de julio, anunció a la prensa que había sido propuesto para el cargo, lo que llamó la atención ya que el vocero en la campaña de la primera vuelta había sido el exministro Fernando Carbone, mientas que en la comisión de transferencia había participado otra exministra: Pilar Mazetti. Pero esta declaración cayó en el olvido porque al día siguiente el presidente no lo incluyó en su gabinete.

Al final, el cargo terminó en manos de Patricia García, quien a decir de Moreno “es una loca de atar” y “habla estupidez” sobre la píldora del día siguiente, lo que expresa claramente que el consejero presidencial andaba en las antípodas de la política de salud del gobierno. Y el entusiasmo puesto en las últimas horas de parte del primer ministro, Fernando Zavala, contra el renunciante consejero muestra que el piso no está tan parejo al interior del gobierno, que primero tuvo una actitud bastante suave frente al caso.

El problema es que la imagen del gobierno ha sido mellada. Y se ha visto afectada en el entorno más cercano al presidente, que -como bien se debe recordar- ha sido acusado de “lobbista” desde hace décadas. Veremos en los próximos días si el control de daños ejercido por Zavala logra neutralizar el impacto que este escándalo va a tener en la opinión pública. Aunque es poco probable que así sea, ya que si hay un tema sensible que atraviesa a toda la ciudadanía es el de la salud, la cual se ha convertido en un “negociazo” para algunos empresarios y médicos a quienes lo último que les importa es la salud, como tan bien nos lo ha recordado el doctor Carlos Moreno.