El presidente acorralado por los "guardianes de la democracia"
Cuando un solo grupo económico controla varios medios, es de esperar que en ellos existan ciertos consensos. Y eso es lo que seguimos viendo en estos días, cuando -igual que ayer- en El Comercio y en Correo se demanda la salida de Ana Jara, pero además se critica duramente al presidente Humala, cuando no habla tanto como cuando lo hace.
Hoy Ivan Slocovich se indigna con el Jefe de Estado por tener "el atrevimiento de recurrir al repudiable y comprobado espionaje hecho por Chile en contra del Perú para reclamar la unidad de los peruanos", y concluye diciendo "los gruesos muros de Palacio de Gobierno están haciendo que el presidente Humala pierda la noción de la realidad, o es que, como dicen sus más duros críticos, está empeñado en creer que los peruanos somos tontos". ¿Sugiere acaso el director de Correo que el Congreso debería debatir la incapacidad moral del Presidente?
En la misma línea, Mariella Balbi nos dice que siente rechazo y asco, pero además alimenta la misma idea de un presidente que "nunca se adecuó a la vida civil, menos a los modales que esta exige". Y agrega: "Tal vez piense que gobernar es como una guerra, finalmente esa fue su formación. Todos son enemigos y hay que arrasar con ellos. Para él –nóvel en política–, la vida republicana comienza con su administración. Lo anterior fue una porquería, la crítica lo enerva y la oposición está muy por debajo de él y de su casi inexistente partido".
Lo curioso es que, quitando la alusión a la condición militar del Presidente, podría estar aludiendo a varios "demócratas como Luis Castañeda, Alex Kouri o el mismísimo Alan García, en cuyo gobierno por cierto se inició esta modalidad de espionaje en la DINI. Lo bueno de la libertad de expresión, incluso en los medios concentrados, es que hay matices, ligeros, a veces casi imperceptibles, que aunque en el fondo busquen lo mismo, lo dicen con otras palabras.
Así, Mario Saldaña, luego de describir al confundido inquilino de Palacio y decirle que está equivocado en todo, le recuerda que "su principal función es respetar y hacer respetar las leyes, y velar por que este sistema republicano de gobierno se fortalezca y no se debilite; en el caso de Ana Jara, hacer valer el principio de responsabilidad política (o sea, su renuncia) debería ser un deber y no un concesión a sus oponentes.
Y sin tanto verso, Hugo Guerra simple y llanamente nos dice más o menos lo mismo: "puesto que el presidente es inimputable, y dado que la DINI reporta a la PCM, la responsable política y funcional es la señora Jara. Por tanto, por dignidad personal y humana debe renunciar".
Todos condenamos el espionaje. Pero sin duda, el gobierno está enfrentando su peor crisis, y conocida su poca capacidad para manejar este tipo de situaciones, la caída de Ana Jara nos podría generar situaciones más inmanejables aún. Pero quizá no debemos preocuparnos, ya que los hoy indignados y asqueados "guardianes de la libertad y la democracia", seguramente nos dirán qué es lo que tenemos que hacer.