¿Hay lugar para las izquierdas el 2016?
¿Es posible la emergencia de una fuerza política como Podemos en el Perú? ¿Resucitará electoralmente la izquierda? Son preguntas que rondan en la cabeza de quienes seguimos de manera cotidiana la política, que, hay que reconocerlo, somos una ínfima minoría.
Para Francisco Durand la política en el Perú gira en torno a "organizaciones electoristas...esencialmente autoritarias, personalistas. Están dirigidas por caudillos (Toledo y Perú Posible, García y el APRA o el frente social que le servirá otra vez de fachada, Kuczynski y su Alianza por el Gran Cambio, Acuña y su Alianza para el Progreso, etc.) o clanes familiares como el fujimorismo y el humalismo". Lo que hace que nuestras elecciones ni siquiera sean democráticas en las formas, donde solo "el PPC y el Frente Amplio (curiosamente los menos cohesionados), ejercen la democracia interna".
Lo que es más grave, según Durand, es que el financiamiento de estas organizaciones llega "vía fondos negros acumulados durante sus presidencias y principalmente por donaciones de bolsillos profundos. Me refiero a los poderes fácticos económicos, las multinacionales, los grupos de poder económico, las mafias y otros". El desolador panorama solo podría cambiar si emergiera "un candidato anti sistema honesto y decidido" y si recordáramos que "el pueblo manda, al menos dos días" en la primera y en la segunda vuelta.
Una mirada bastante menos apocalíptica del 2016 es la que tiene Raúl Ferrero, quien cree que "pronto destacarán nuevos actores que irán apareciendo con posiciones más diferenciadas de las actualmente más notorias que buscarán representar a sectores que por el momento parecen disgregados". Y con un optimismo un tanto exagerado señala que "no se descarta que los jóvenes que estuvieron detrás de la derogatoria de la denominada ‘Ley pulpín’ impulsen una alternativa electoral, aprovechando su habilidad para el uso de las redes sociales, como lo han hecho los “indignados” españoles al ser artífices del partido Podemos".
En esa misma linea va la columna del congresista Sergio Tejada, que propone la creación de un Frente Progresista que aglutine a las dispersas fuerzas de la izquierda, la centro izquierda, el centro democrático y los nacionalistas de primera hora, que elabore y enarbole "un nuevo discurso frente al Estado, el mercado, la informalidad, el medio ambiente, entre otros" donde "será fundamental el protagonismo de las nuevas generaciones que logren estar por encima de antiguas concepciones y rencillas".
¿Tiene viabilidad electoral una candidatura de las izquierdas? ¿Será posible que el congresista Sergio Tejada pueda jugar el rol de San Martín de Porres? ¿Es posible que, a la par que se deja de lado las viejas fracturas de la izquierda, se elabore un discurso que logre calar en la ciudadanía? ¿Darán paso los viejas generaciones a las nuevas? ¿Podrán las nuevas liderar una fuerza política que llegué a buen puerto? Demasiadas preguntas sin respuesta, frente a lo que por el momento solo son buenas intenciones a pocos menos de un año de las elecciones. Aunque en el Perú nunca se sabe.