Y luego del descanso dominical, volvemos con ustedes para comentar las columnas del día. Carlos Melendez -por fin se olvida de mandarles tarea a los jóvenes anti #LeyPulpín- pone cable a tierra a todos sus colegas y apunta que es una exageración hablar de facciones al interior del gobierno, ya que  "El desorden y la precariedad al interior del gobierno se ajustan más a la impericia de individualidades prestas a defender sus intereses. Insinuar una estrategia colectiva –lo que hay son afinidades superficiales entre colegas– supone un nivel de organicidad ausente. El individualismo hace más incierto e inocuo el resultado. No es lo mismo el ajedrez –con dos jugadores que maniobran las piezas a placer– que el ensimismado solitario."  A buen entendedor, pocas palabras.

Sin embargo, hay quienes, como Mario Sifuentes, insisten en darle tarea a los jóvenes movilizados (¿lo seguirán estando?) para no ser tratados como "pulpines", cosa que ellos ya lograron a punta de marchas.  Las tareas son: 1) "ser conscientes de que de ellos ya depende buena parte del futuro del país", 2) "entender que nuestro sistema político está viciado y que la mayoría de sus representantes recurrirá inevitablemente a estratagemas populistas para ganar sus oídos y ..sus votos", 3) "que necesitamos apostar por líderes que antepongan una propuesta programática, la razón y un respaldo técnico en su discurso, más allá del culto a una personalidad", 4) "ser conscientes de que hace 25 años el país estaba inmerso en una de las crisis más profundas desde su independencia y que todavía estamos en la mitad de un proceso que involucra a tres generaciones y que tiene, en los próximos 15 años, una fase decisiva y culminante".  

Desde la otra orilla, Julio Arbizu piensa diferente y más bien nos dice que, gracias a la movilización de los jóvenes "cuando se quiera –este gobierno o cualquier otro- proponer nuevas medidas que recorten derechos, se lo tendrán que pensar mejor. La democracia también consiste en disentir de las políticas que nos perjudican. Tendrán que pensárselo mucho si quieren atentar nuevamente contra una juventud que se ha resistido a la precarización de sus empleos.". Lo cual nos muestra que la puja por los jóvenes seguirá, aunque lo más probable es que ellos y ellas, vayan por donde mejor les parezca, como cuando en la primera marcha (18-D) al no poder avanzar hacia el Congreso, se dieron media vuelta y marcharon por distintos lugares, para desconcierto de las fuerzas del orden.

Pero la columna más polémica del día corre por cuenta de Mirko Lauer que lanza la candidatura presidencial de Salomon Lerner Ghitis, el ex primer ministro de Ollanta Humala y lider de Ciudadanos por el Cambio. Advirtiendo que no tiene una tarea fácil, por un lado por haber sido parte del gobierno, pero además por la existencia de "la izquierda irreductiblemente radical que se siente cómoda en los márgenes del juego político, encarnando los mil rostros de la protesta, y gustosamente marginalizando la idea genérica de lo izquierdista. No son buen material para hacer alianza política, como lo han venido demostrando".  ¿Se refiere acaso a Patria Roja y Tierra Libertad? 

Para terminar, la historiadora Carmen Mc Evoy nos recuerda que la corrupción que estamos viviendo no es solo un proceso local, cosa que a veces pensamos por el habitual provincialismo de nuestra prensa. Y para ello nos trae a la memoria la novela La guerra de Galio (1990), del mexicano Héctor Aguilar Camín, la historia de un operador del PRI que nos "ayuda a analizar la enorme distancia que existe entre el sueño republicano y una realidad atrapada entre horrores y frustraciones. Los soliloquios de Galio desvelan, además, una estructura política renuente al cambio."