Aunque un sábado de verano es el día menos indicado para leer opiniones políticas, acá estamos con ustedes como todos los días. Carlos Basombrio analiza las ¿opciones? de Humala para resolver la crisis del gabinete Jara. Pero el panorama resulta sombrío para el presidente, porque practicamente -como otros columnistas a lo largo de la semana- le pide que mande a su casa a sus escuderos Urresti y Cateriano, además de Segura, Omonte y Figallo. 

Más o menos por la misma senda, aunque sin mencionar nombres va Salvador del Solar, quien cree que si es posible el diálogo político ente el gobierno y la oposición si es que Humala sacrifica a sus escuderos, aunque es díficil imaginar el sentido del mismo, ya que como bien describe el momento político "el gobierno es ahora un animal herido y los cazadores de la oposición, hincados por su propia ambición y por la hostilidad del gobierno, no parecen estar dispuestos a darle tregua."

Más directo es Pedro Tenorio, quien enfila sus baterias hacia la primera dama y presidenta del ¿Partido nacionalista?, Nadine Heredia, quien tendría atrapado a su esposo en una suerte de "burbuja mental" que lo hace creer que "el Gobierno es sólido, la economía crece imparable y la oposición apro-fujimorista, que tiene por única mira desestabilizar a Ollanta Humala, fracasa estrepitosamente". El problema es que Tenorio parece no haber visto -hay cosas que no basta leer- el desencajado rostro de Nadine el día de ayer cuando declara -con una lentitud que nunca se le había visto- a la prensa, ni tampoco al cansancio que expresaba el presidente en una presentación ante los alcaldes recientemente electos de todo el Perú.

Quizás estos rostros cansados y desencajados no sean producto de los ataques de la oposición, sino de las tensiones al interior del gobierno y las razones de las mismas. Eso parece pensar Rosa María Palacios cuando afirma que "el apanado a Ana Jara se está moviendo adentro, le guste o no al Gobierno. Si no lo reconoce, no hace un trabajo de inteligencia y no remueve a los que siembran estas noticias que incluyen reglajes ilegales, difusión de supuestas con­trataciones irregulares o noticias denigrantes, las cosas van a seguir por ese camino y serán cada vez peores. ¿Por qué le hacen ese daño político a Jara? Nadie está muy seguro, pero parece que el objetivo es tapar otras irregularidades que explotarán pronto."

Y al igual que ayer, nadie menciona al ministro que propuso la #LeyPulpin y que la defendió a capa y espada, incluso pocas horas antes de la apabullante derrota del oficialismo en el Congreso, que ha puesto tan triste a columnistas como Gianfranco Castagnola. Por si acaso les recordamos a nuestros amigos columnistas que se llama Piero Ghezzi y logró lo que ningún ministro había logrado en las últimas décadas: que una norma laboral fuera derogada por una movilización social.