Una de las cosas que he aprendido desde que comencé a trabajar en LaMula.pe es la pasión que existe por confeccionar todo tipo de listados. Desde los 5 errores que no debes cometer…hasta las 10 canciones de amor más empalagosas de la historia. 

Pues bueno, eso me hizo recordar que en alguna época de mi vida, yo también hacía mis propias listas de grupos de rock, de las canciones del año, de los libros que más me impactaron y como no de las películas que más me gustaron. Y por eso me he animado a publicar esta lista de películas que me conmovieron, inspirado sin duda en el post de mi buen amigo Jorge Paucar sobre “diez películas que conmoverán a los izquierdistas” y que me permitió constatar –una vez más- que no soy izquierdista o en todo caso, que no tengo la sensibilidad para conmoverme con ciertas películas.

La lista no sigue ningún orden en particular. Y solo expresa el orden en que aparecieron en mi cabeza, mientras me preguntaba ¿Qué películas me conmovieron?

How Green was my valley (1941) de John Ford es la crónica nostálgica del inevitable desmembramiento de una familia en un pueblo de minas de carbón en Gales, y de que la vida en el mundo rural con sus tradiciones y jerarquías está condenada a su desaparición, y que la única manera de ser moderno es huir. 

The Third Man (1949) de Carol Reed es la crónica de los valores invertidos de la post guerra europea, en esa Viena devastada que muestra no solo sus ruinas, sino la miseria moral de personajes como Harry Lime, encarnado magistralmente por Orson Welles, que a pesar de ello, se lleva a la tumba el amor de Alida Valli. 

A star is born (1954) de George Cukor repite con tono desgarrado la vieja historia de Pigmalion en el entorno de los grandes estudios de Hollywood, aunque con un giro dramático que solo el alcoholizado personaje de James Mason y la voz de Judy Garland pueden llevar a la cima de la tragedia, sin caer en el melodrama. 

The man who shot Liberty Valance (1962), es el último western de John Ford, en el cual la tradición magníficamente interpretada por John Wayne se enfrenta a la barbarie encarnada en el personaje de Lee Marvin y se rinde ante la civilización representada por James Stewart. El sacrificio de Tom Stodart permite la llegada de la modernidad, que se funda como casi siempre sobre una mentira. 

I compagni (1963) de Mario Monicelli, es la historia de un profesor anarquista que organiza una huelga de obreros en la Italia de fines del XIX, en la que el personaje compuesto por Marcello Mastroianni derrocha una creíble humanidad, casi imposible de encontrar en las grandes películas de “izquierda”. 

Amarcord (1973) de Federico Fellini es una película que muestra la candidez y la agudeza de la mirada de un niño que crece en medio del fascismo, y que se expresa sin necesidad de caer es la sensiblería propia del cine italiano posterior. Fellini conmueve haciendo reír, y no como otros buscando que soltemos una lagrima fácil. 

Cross of Iron (1977) es una película de guerra dirigida por Sam Peckinpah, que nos ubica en el desastre alemán en el frente ruso. Los personajes una suerte de “nave de los locos” donde brilla el siempre recio James Coburn, frente al aristocrático y decadente personaje compuesto por Maximilian Schell. 

Radio Days (1987) una nostálgica película de Woody Allen que celebra a la radio, aquel maravilloso artefacto en torno al cual generación tras generación acompañaron su vida cotidiana. Todo ello visto a través de los ojos de un niño en los años cuarentas, un tiempo lleno de jazz.

Unforgiven (1992), de Clint Eastwood es la historia de William Munny, un bandido retirado compuesto por el actor-director que sale de su retiro para vengar a una prostituta desfigurada, junto a su amigo Morgan Freeman, para lo cual tienen que enfrentarse al brutal sheriff magistralmente interpretado por Gene  Hackman. 

Mystic River (2003) de Clint Eastwood es una de las últimas grandes películas de Hollywood, los personajes que componen Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon nos muestran que en la América de inicios del siglo XXI, la barbarie se impone sobre la civilización, en nombre del amor supremo que existe para un hombre, que es el amor a una hija.