Para mi hijo Santiago, que me devolvió el fútbol

El primer mundial del que tengo recuerdos claros es Alemania-74. Tenía 8 años y como tantos niños peruanos había sufrido nuestra eliminación frente a Chile un año antes, en un partido que no pudimos ver completo porque la transmisión se corto, y en el televisor blanco y negro no se veía nada.  

Pero pasado el drama, igual seguí con entusiasmo aquella Copa del Mundo, donde la novedad era que había un equipo nuevo sobre el que había leído bastante, pero al que no había visto nunca ya que, en aquellos tiempos, no había manera de ver a una selección europea si no era en el Mundial. 

El equipo era Holanda, conocida como "La Naranja Mecánica". Un equipo liderado por un jugador al que todos calificaban como el nuevo genio de un reino, en el cual el "Rey Pelé" había pasado al retiro, y que practicaba el llamado "fútbol total". Pero uno que tenía el virus latinoamericanista inoculado desde pequeño, no podía imaginar que el fútbol podía ser diferente al "jogo bonito" que tanto nos gustaba.

Pero, la tarde del 26 de junio de 1974, hace exactamente 40 años, todas mis certezas se vinieron abajo. Y es que aquella tarde, en el Parkstadiom de Gelsenkirchen, la selección de Holanda liderada por Johann Cruyff le dio uno de los bailes más impresionantes y apabullantes que haya visto jamás a una selección de Argentina que, por más que intentaba reaccionar, no encontraba manera alguna de dar respuesta no solo al "pressing" naranja sino a las genialidades del "14", sumadas a una lluvia torrencial que comenzó a mitad del partido y que  se convirtió en el perfecto escenario para contemplar el nacimiento de una nueva era del fútbol. 

Primero Cruyff, luego Rudy Kroll, más tarde Johnny Rep y al final nuevamente Cruyff, no solo liquidaron al equipo argentino, sino que le enseñaron a un niño de 8 años que veía el partido en la televisión en blanco y negro de su casa en Lince, que era una soberana tontería hacerle barra a una selección por la sencilla razón que era de esta parte del continente. Y que el fútbol cuando es bueno sencillamente hay que gozarlo.

Y aunque ese maravilloso equipo no se llevó la Copa del Mundo... se quedo grabado para siempre en todos aquellos que lo vimos deslumbrados hace 40 años...